El comienzo de la Eurocopa (este viernes con el Italia-Turquía, 15:00 HB) es la confirmación de que la añorada vieja normalidad está un poquito más cerca. El público en los campos no es más que la constatación de ello. Acostumbrados a la frialdad de los asientos vacíos en los partidos durante toda la temporada, ver gente en las butacas, aunque sea con distancia, será motivo de celebración.

La competición continental, suspendida el año pasado por la pandemia, se disputa todavía marcada por el coronavirus, con todos pendientes de los contagios y acostumbrados ya a una novedosa jerga con términos como ‘grupos burbuja’, ‘aislamiento’, ‘pruebas PCR’ o ‘asintomático’.Pero dentro de la alegría por la celebración de la Eurocopa y la presencia de público en los estadios, no hay que olvidar que la pandemia aún existe. Y condiciona la competición. Que se lo digan a España, que inauguró los contagios con el de su capitán, Sergio Busquets. O a su primer rival, Suecia, que se ha quedado sin su mejor jugador, Kulusevski.

A buen seguro que habrá más, y el único deseo es que la competición se celebre sin más percances que algunos positivos aislados y sin consecuencias para la salud de los jugadores.En lo deportivo, España no llega como una de las favoritas. Pese a que Luis Enrique insista en que la Roja está dentro del grupo de seis o siete grandes candidatos, lo cierto es que, jugador por jugador, hay selecciones mucho mejores.

Todos los ojos están puestos en la vigente campeona mundial, Francia. A un equipazo que se coronó en Rusia 2018 con jugadores como Mbappé, Griezmann, Kanté o Pogba, se une el amnistiado Benzema, de vuelta con les bleus más de cinco años después.Los galos son los favoritos, pero su exigencia será máxima desde el primer día, pues está encuadrada en el grupo de la muerte. Se medirá en la primera fase con Portugal, actual campeona continental y que llega con un equipazo: Cristiano Ronaldo, Joao Félix, Bernardo Silva, Diogo Jota, Rúben Dias o Pepe, entre otros; y también con Alemania, en el que será el último campeonato con Joachim Löw al frente y una interesante mezcla de veteranía (Thomas Müller, Toni Kroos, Manuel Neuer…), juventud (Leroy Sané, Kai Harvetz) y consagrados (Timo Werner, Joshua Kimmich…). Pueden pasar los tres… o se puede quedar fuera un gran candidato a las primeras de cambio.

En el resto de grupos, no debería haber demasiadas sorpresas, pues se clasifican los dos primeros y cuatro terceros, el margen es amplio. Italia llega con un equipo con poco nombre pero con bastante talento que se une a su gen competitivo; Países Bajos (u Holanda) llega -como le pasa a España- en un cambio generacional que aún genera muchas dudas; para Bélgica puede ser su consagración definitiva con jugadores en un su mejor momento como Kevin De Bruyne, Romelu Lukaku y Yannick Ferreira Carrasco, y esperando que Eden Hazard logre al menos acercarse un poco a su mejor nivel; e Inglaterra llega con un impresionante talento joven (Jadon Sancho, Phil Foden, Mason Mount, Marcus Rashford) que quiere llevar a los británicos a su primer torneo continental.

La Eurocopa de 2020, que se celebra en 2021, tiene que ser una fiesta del fútbol para el Viejo Continente, castigado y cansado por la pandemia. Un torneo multisede (once en total) que a partir de semifinales celebrará sus partidos íntegramente en Wembley. Solo un deseo: que la Covid no lo estropee todo.