Foto: CONMEBOL
El delantero argentino Tomás Cuello, con un doblete, y Arthur, fueron este jueves los verdugos del paraguayo Libertad, que acusó los dos goles en contra encajados en la ida y sucumbió por 1-3 ante el letal contragolpe de los brasileños, que se meten en la final de un torneo continental por primera vez en sus 93 años de historia.
Los paraguayos se quedan a las puertas, en su tercera semifinal, y pese a que tuvieron ocasiones de gol que encontraron un muro en el guardameta Cleiton.
Los de Sao Paulo disputarán la Copa contra el vencedor del encuentro del jueves entre Athletico Paranaense y el uruguayo Peñarol, en la segunda semifinal.
La ventaja de la ida obligó a Libertad a buscar desde el pitido inicial el gol, que tuvo en su botas Lorenzo Melgarejo, en tiro que detuvo Cleiton.
La jugada fue respondida de inmediato por los brasileños, en un contragolpe culminado desde fuera del área por Cuello, con un zurdazo que penetró en el arco de Martín Silva tras ser desviado de cabeza por el defensa Alexander Barboza.
Libertad desperdició en el 15 la oportunidad del empate: un penalti por manotazo de Fabricio Bruno a Óscar Cardozo, y ejecutado por Diego Viera de forma inocente, con un lanzamiento que bloqueó sin problemas Cleiton.
No ser rindió el Gumarelo, que hizo un tremendo desgaste, con “Tacuara” Cardozo y Melgarejo como los más incisivos.
En el minuto 33 Melgarejo sorteó a tres defensas y fue el palo el que evitó el empate: Cinco minutos después Cleiton taponó un peligroso remate de Julio Enciso.
Bragantino rompió al rival en sus contados contragolpes, el último de esa fase en el 40, derivando en Eric Ramires, que disparó a bocajarro al cuerpo del meta Silva.
Melgarejo fue el que dio el toque de atención al comienzo de la segunda, primero con un balón cruzado que atajó con el pie Cleiton, y pocos minutos después con el cabezazo del empate, tras pase perfecto de Hugo Martínez.
Poco duró la alegría en los locales, porque en el 52 Cuello hizo su segundo tras patear un balón, gentileza de Arthur, que batió a Silva.
A partir de ahí se desinfló Libertad, que prácticamente tiró la toalla.
De forma que Arthur no perdonó y, desmarcado, clavó el tercero a Silva, dejando el marcador global en 5-1.