Un 12 de abril especial llega hoy martes, el aniversario 97 del club más laureado de Bolivia, y uno de los más tradicionales del fútbol nacional y sudamericano, Bolívar, si la Academia cumple un nuevo aniversario, con mucho camino recorrido y mucho por recorrer, con un prometedor proyecto centenario en el horizonte cercano. Especial por ser el último con el antiguo estadio de Tembladerani aún en pie y con el tan esperado proyecto de Centro de Alto Rendimiento en Ananta como una realidad.
Hay muchos sueños que se tiene de joven y algunos de ellos se realizan, pero la mayoría no, es por ello que toma realce la fundación del club en 1925, y seguramente para los fundadores no pensaban que el club Bolívar tomaría el protagonismo que su rica historia le otorga 29 títulos en el Profesionalismo, incluyendo el primero en 1950 y logrando 23 títulos de esos 29 desde la creación de la Liga del Fútbol Profesional Boliviano en 1977, aunque años antes tuvo un golpe duro, en diciembre de 1964, el club celeste descendía tras una mala campaña, pero es esa mancha, intolerable bajo ningún punto de vista, aquella a la que seguramente le dio a Bolívar el golpe que le hacía falta para encaminarse. Tras volver en 1965 a la División de Honor en Bolivia, ningún plantel logró la cantidad de títulos que Bolívar y tuvo una mejor participación en torneos internacionales (con el permiso del título de la Recopa Sudamericana de Mariscal Santa Cruz), además de contar con la participación de Mario Mercado Vaca Guzmán, aquel hombre que sin duda es el gran Patricio celeste, al ser el pilar fundamental en dejar un legado que va más allá de lo futbolístico, una filosofía de vida, el competir siempre y conformar los mejores planteles del país, con un lema claro, si no sales campeón no sirve, una posta que aquel soñador intentó lo que nadie se atrevió aún en Bolivia, ganar la Libertadores y definir la final del mundo ante nada menos que el campeón de Europa.
No se logró es cierto, pero el esfuerzo siempre estuvo por ello es que Marcelo Claure tiene ese gran reto, como lo hizo Mauro Cuéllar en su momento, con muchos títulos y la final de la Copa Sudamericana 2004, más allá de ese traumático final de ciclo de don Mauro, llegó BAISA y con Claure a la cabeza con una idea más que premisa, que Bolívar sea autosustentable, campeón de Libertadores, cada vez más monarca en Bolivia con canteras e infraestructura propias, un sueño que sin duda conlleva mucho trabajo el cual ya se viene realizando de manera inclaudicable.
Muchas felicidades Bolívar y que el éxito sea siempre sinónimo de celeste como lo manda su fecunda historia.