foto: Twitter COPA AMÉRICA
Paraguay le ganó a Chile (2-0) y se aseguró el pase a los 4tos de final de la Copa América. El encuentro correspondiente el Grupo A se juega en el al Estadio Mané Garrincha de Brasilia. La Roja disputó su último encuentro de la zona, ya que quedará libre en la próxima jornada. Sin embargo, el equipo de Martín Lasarte ya había sacado boleto a la siguiente ronda. Por su parte, Argentina, líder del Grupo A, con este resultado se aseguró evitar a la Verdeamarela hasta la final del certamen.
El equipo dirigido por el argentino Eduardo Berizzo hizo de la practicidad un culto, apelando a un sistema con línea de cinco en el fondo, tres volantes y dos delanteros, con el que obturó inicialmente todos los caminos que conducían al ex arquero de Huracán, Antony Silva, apelando además a persecuciones individuales. Ese fue el primer paso en el desarrollo de la propuesta del Toto, que después para atacar requiere del fútbol en velocidad que desarrolla el ex-Lanús Miguel Almirón, incontenible para la última línea chilena.
Y por último, el recurso tradicional de los paraguayos, el juego aéreo, aplicado en el momento justo, fue lo que terminó llevando finalmente a Paraguay al segundo lugar de la zona, un punto por debajo de Argentina, aunque esa posición deberá defenderla en la quinta y última jornada ante Uruguay, que previamente venció por 2 a 0 a Bolivia, que así quedó eliminado del certamen.
Ese mencionado “fútbol de altura” lo patentó Paraguay sobre los 33′, tras un preciso centro de zurda desde la derecha de Almirón que completó con un potente impacto de cabeza Braian Samudio para poner el 1 a 0. El remate de la faena llegaría en el primer tramo del segundo tiempo con una infracción cometida por el luego lesionado Gary Medel (en el entretiempo tuvo una entredicho con Mathías Villasanti, en el acceso a los vestuarios) tomando a Carlos González dentro de su área, lo que derivó en un penal que Almirón transformó en gol con su fina zurda.
Allí Paraguay definitivamente bajó la cortina y no le dejó ver nunca más a Chile la posibilidad de acercarse al área bien defendida, entre otros, por el riverplatense Héctor David Martínez, que para preocupación de Berizzo terminó amonestado. De esta manera Argentina (7 puntos), que en esta jornada tuvo libre y en la quinta cerrará con el eliminado Bolivia (0), sigue primero en la zona, ahora escoltado por Paraguay (6), mientras que Chile deja esta fase de grupos con 5 unidades, seguido por Uruguay con 4.
El partido entre paraguayos y uruguayos será clave entonces para fijar al menos la segunda posición hoy en poder de los primeros, ya que el que la obtenga evitará, lo mismo que el primero, al local Brasil hasta una hipotética final. Si empatan, marginarán a Chile al cuarto lugar y a un cruce en cuartos de final justamente con los anfitriones.
Párrafo aparte para los groseros errores del árbitro Wilmar Roldán y del VAR por no sancionar dos claros penales, uno por lado. La primera controversia fuerte se originó con el encuentro ya 2-0 a favor de la Albirroja al minuto 21 con una pena máxima para Paraguay por una falta de Charles Aránguiz sobre Miguel Almirón.
Lo llamativo fue que Roldán no recurrió al VAR, pese a las protestas. Sin embargo, se lo conoce como un árbitro que no es proclive a esa herramienta y tiene tanta seguridad que considera que lo que él ve es muy difícil que lo haga cambiar. Sin perjuicio de que el VAR acompañó de forma errónea el criterio y la decisión del juez. Fue una clara falta de Aránguiz sobre Almirón e igual el VAR debió revisar la jugada. Por lo que el error grosero fue doble.
La segunda gran polémica fue a los 27 minutos luego de un tiro de esquina a favor de Chile, desde la derecha ejecutado por Pablo Galdames. Carlos González saltó, cabeceó, pero luego tocó la pelota con el puño derecho. Fue elocuente la reiteración desde la cámara que estaba en el campo de juego.
La jugada siguió y la pelota la mantuvieron los jugadores chilenos. Convencido de que fue mano, Arturo Vidal le dijo a su compañero Jean Meneses que lanzara la pelota afuera para obligarlo al VAR a que verifique si hubo infracción de mano. La revisaron, pero no la consideraron porque al saltar entendieron que la mano tomó una posición natural que al devenir el balón, luego de desviarse en la cabeza, fue la pelota la que buscó ese roce mano/brazo y no al revés.
Sin embargo, esta acción debió considerarse como una falta porque el brazo derecho fue directamente inclinado de manera antinatural y en dirección de la pelota, que cuando cayó golpeó y cambió su dirección. Se debió sancionar con penal.